Princesa nos presenta un juego enigmático.
Hay gestos sencillos que comunican mucho.
Pocas acertadas palabras, que ni siquieran llegan a frase pueden ser muy elocuentes.
En unas geniales y aparentemente simples líneas trazadas por un maestro, vemos una paloma que nos pide paz.
Un aborígen compartiendo una pipa también era señal de paz.
Desde tiempos inmemoriales, vivimos inmersos en símbolos: gestuales, orales o gráficos, y para distintas culturas, el mismo símbolo puede tener connotaciones bien diferentes.
Este juego es misterioso, ya que Princesa nos propone encontrarle el significado a un conjunto de símbolos. Muchos los encontramos a diario, pero hay otros que son bastante extraños.
