Comienza la sesión de cine en homenaje a nuestra estrella favorita, Gatubela.
Aún quedan muchas camas por tender y destender, o destender y tender… en el orden que más les guste.
Con esta entrega ya son 10, o sea que llegaremos a la cama ¡1000! impresionante.
Gatubela, fiel a su carácter y su gran sentido del humor, la ha numerado en romanos y ¡agregó coletilla!, con lo que nos ha quedado un juego… XXX . ¡que la fuerza nos acompañe! y que la pistera celestial nos susurre al oído, o mejor al corazón el camino para encontrar sus camas.
¡Vamos, a jugar! a jugar con el cine, la pasión de Gatubela y por si fuera poco, su juego.
Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.
Como un ladrón
te acechan detrás de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas
que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.