Hola amigos, quería compartir con ustedes mi emoción, el miércoles recibí la primera dosis de la bendita vacuna contra el maldito virus y les juro que al salir lloré mucho, tanto, que mi hijo que me acompañó pensó que algo malo había pasado, es que sentí como que parte de la angustia y el temor al contagio, que en nuestro caso, los viejitos es más serio, desapareció y en su lugar nació la esperanza de vivir un poco más tranquila pero rogando como siempre que la pesadilla termine y pare de llevarse vidas que tanto dolor está causando en el mundo entero.
Los quiero mucho!