Termina agosto, empieza setiembre, aquí en el sur ya huele a primavera y tanto huele a primavera que hemos recibido un juego que es un legado y un regalo.
Hija de gata, felina debía ser! El angelito es Naty, que nos alcanzó un juego pronto y sin enviar de nuestra añorada y siempre presente Gatubela.
No cabe agregar mucho más, faltaban detalles que una abejita laborioso pulió…….. y enceró.
Supongo que para todos nosotros tendrá cierto sabor agridulce, pero prefiero pensar en ¡qué bueno! madre e hija lograron lo imposible, que Anaté siga presente, con nosotros, y no solo en nuestros pensamientos y corazones, sino también jugando, como le gustaba tanto.
Decir amigo
se me figura que
decir amigo
es decir ternura.
Dios y mi canto
saben a quien nombro tanto.
Millones de gracias Natalia por este inesperado regalo.